El disco de Melodías Repetidas: euforia, mensajes de whatsapp y un casiotone
El link me lo pasó Shampupu, un flaco alto y de rulos, también conocido por su proyecto El niño rico. Hablamos en la esquina de un bar y después por facebook, y fue ahí que también me avisó -con un afiche verde- que el sábado tocaban Melodías Repetidas y Tallo.
Me pareció que podía estar bien, no conocía a ninguno de los artistas de los que me hablaba, y el concierto era cerca de casa. Primero entré al link de Spotify y escuché el disco de Melodías Repetidas. Nada mal -pensé. Después le presté mayor atención y descubrí canciones verdaderas, pesadas, entretenidas, hacía tiempo que no me encontraba con algo así en la vuelta. Tiene una canción que se llama “Teoría de los semáforos”, muy Tricky, buenas bases, lindos teclados, liviano y denso al mismo tiempo. Canta Alejandro (López), y su novia Antonella (Ferrioli). Los dos se enroscaron a hablar de los semáforos alguna vez, como si emitieran señales de cómo funciona el mundo.
“Todo converge en la ilusión de que en algún momento podés llegar a una persona, y al final, no”, dice Antonella, en la casa de César, el lugar de encuentro para esta entrevista, charla, primera aproximación al proyecto Melodías Repetidas.
Sigo escuchando el disco. “Niño”, el track 4, tiene una forma bastante parecida a la de un hit radial, con una colgadera hermosa para llevarla en los auriculares un día libre. Alejandro se arregla con un casio y un micrófono. Son melodías algo tristes pero llevaderas, se pueden bailar. El color de su voz es nuevo. Así que le cuento a Shampupu que eso que me pasó está buenísimo, que su disco también y que voy a ir a ver a sus amigos. Por lo que supe Shampupu los ayudó con los ensayos, para armar la vuelta a los escenarios de Alejandro, que antes tocó como Plato roto. Una vez, en el Hall Central, antro que ya no existe como tal, tocaron juntos.
Pasaron cuatro años, y ese sábado Melodías toca en la Calle Quijano, en una casa cultural.
Antes de las nueve de la noche, desde afuera puedo ver borbotones de gente medio a oscuras, en la azotea para fumadores. Abajo una puerta antigua no anuncia ningún concierto de ningún modo pero la música sale por todos los lados. Me quedo un rato enfrente y me lo pierdo.
A los días le escribo a Shampupu, que los quiero conocer para hacerles una nota. Todavía no sé muy bien quiénes son Melodías Repetidas. Me pasa el contacto de Alejandro, en principio, su principal responsable. Mientras caminamos por la Ciudad Vieja con Lucía que va a sacar las fotos le digo “creo que descubrí a la próxima gran banda del indie nacional!”. No sé si exageré, pero allá fuimos, le caíamos a César (Giacosa), ingeniero de sonido, productor, y uno de los gestores para ese primer concierto de Melodías que me perdí, y que parece que salió genial.
Se llenó de gente, aunque el dinero de las cervezas fue a parar lejos de los músicos.
Ok, Melodías es Alejandro y su viaje, pero también Antonella su novia, César, su amigo y sonidista, y otro montón de personas.
César trae café, está divino afuera. Llevé algunas preguntas en un cuaderno. Me entusiasma este movimiento que desconozco casi por completo pero que fabricó un montón de discos lindos para bajar.
De fondo suena el primero de Tricky, el Maxinquaye. Entre los tesoros de César están: una colección de la revista Cerdos y Peces y unos muñecos de Condorito. Ah, una super foto del equipo de Telenoche 4 en la época dorada de su padre, Carlos Giacosa.
Alejandro avisa que se trajo un preparado especial, pero no entiendo si es de vino o cerveza.
“La cosa fue así: desde 2019 vengo con una melodía que se repite varias veces en el disco y en un momento de este año tuve como un un breakdown. Me di cuenta de que tenía bocetos de canciones y dije ta - le voy a meter a esto”, me explica, sobre el comienzo de este proyecto, tan personal, como colectivo.
“Me agarré covid, yo vivo con mi abuela en La Teja, que es población de riesgo, así que me llevé todos los instrumentos a una casa en Cuchilla Alta, y en dos semanas hice el disco. En febrero estaba en una media mala, en mi casa, no sabía mucho qué hacer, estaba medio topadora. Me habían prestado un bajo, y empecé a probar. Había ocho, diez canciones que tenían forma. Solo me faltaba que sonaran bien.
Antonella y César motivan a Alejandro sin parar, lo rodean con sus palabras y sus arengas como un equipo chico dentro de una nave espacial.
César dice disparates graciosos, o habla en serio, como que la música de Alejandro es parte de un cambio, un cambio de época, luego de un status quo cultural que incluye los quince años del frente amplio, y la movida indie céntrica de Pau y Fabrizio Rossi.
Antonella es fan de Simone Biles, y está metida en la gimnasia artística. “Ella lo que hace son super piruetas y subir el nivel de la competencia”, dice, cuando hablamos de cómo proyectos como Melodías, recogen el legado de colegas más viejos pero también debería motivar a otros músicos más jóvenes a animarse.
“De nada sirve que esté acá si no vuelvo a Montevideo con el disco bajo el brazo. Allá aislado, si las hago bien puede salir. Y pasaba eso de que en todas las canciones encajaba la misma melodía”, dice Alejandro, que tiene en su mesa de luz el disco de Fernando Henry, Lucas Meyer y Pau O´Bianchi.
Luego de un rato de acumular información nueva recordé el Club Victoria. Me estaba perdiendo una gran movida en los barrios Jacinto Vera y la Comercial.
-¿No fue Juan, que te contó?, me dice Alejandro.
-Sí!
-Bueno, a Juan le dediqué un tema en este disco, “Rockstar”.
Antonella: Para mi lo que ustedes (Alejandro y César) tienen es que se entienden muy bien estéticamente.
Alejandro: César nos fue a ver alguna vez al Bar El Popu, y empezamos a venir a su casa a grabar cosas. Para armar este primer show (el de la calle Quijano) necesitaba a alguien que realmente estuviera atento. Y César es una máquina de precisión.
César: Yo tengo toc. No, mentira. Pero para los ensayos armamos un set acá, Ale se sentaba tipo Charly, poníamos dos teclados, las baterías entraban desde la compu, más unas guitarras, y durante quince acá fue como un ensayo permanente.
Alejandro: y yo con unos ataques de ansiedad terribles porque hacía un año que no tocaba. No sabía si alguien iba a ir a verme o si me iban a bardear.
Volvamos a Cuchilla Alta con Alejandro. Este es su viaje, antes se llamó Plato Roto, y ahora Melodías Repetidas, pero no tiene problemas en compartir lo que le está pasando. Piensa que el proyecto, con ese primer disco grabado y disponible, recién está tomando forma.
Resumen, cantante y compositor con covid encerrado en una casa, con teclados, un micrófono, una guitarra, la playa cerca, y un celular. Habla, y se manda mensajes con amigos, su novia, y familiares, y les cuenta su aventura de todos los días. Deja que le tiren ideas y muestra el material que se va convirtiendo en canciones con el correr de los días.
Martín Wozniak (guionista, fotógrafo, docente) es alguien quien confió durante esas semanas de verano y otoño. Lo guió en el proceso creativo con un intercambio constante de información y música.
En esa estadía canaria, hay días que Alejandro sale a la calle. En otros, se queda mirando por la ventana.
“En el rock o en el tango las melodías se repiten entonces dije ta- por qué no legalizar el concepto de que esta sucesión de acordes ya existen y lo que importa es lo que quiero decir”, dice, sobre la teoría detrás de estas diez canciones que también se pueden escuchar, y bajar en su bandcamp.
“El Casiotone CT S-300 definió el sonido del disco”, me dice, antes de seguir con la lista de humanos importantes, y también menciona un equipo de audio que había en la casa con el que estaba “re contento”.
“¿Tuviste mucha fiebre?”, pregunta, César.
“Totalmente asintomático”, le responde Ale.
Euforia
“Antes tocaba con otro nombre que era Plato roto, pero era como una versión mía más introvertida, más acústica, y esto quería que fuera todo para fuera. Esto nuevo me transmitió euforia”, recuerda.
“A fines de febrero estuve en Buenos Aires y me subí a probar las canciones en un colectivo.
Hubo un inicio de euforia gigante, y de a poco fui bajando, con ayuda, a los detalles de cada canción.
Más humanos: “Había una colonia de jóvenes en Cuchilla Alta que se tuvieron que quedar en ahí, porque también tenían covid. Fue “nosotros tenemos porro”, y yo les dije “estoy grabando un disco”.
Esa melodía inicial se explica por Mozart, por Chopin, y más acá en el tiempo por una canción que Alejandro descubrió en un disco solista de Alex Turner. “Era como canon amigable al oído”, me explica
¿Quién te metió en la música, Alejandro?
De lo primero que me acuerdo es de canciones españolas cantadas por mi bisabuela en casa.
Después de eso, las salidas con mi madre en auto, con cassettes de cumbia villera, mi tía con una un pentium dos, videos de Los Ramones, y después de ahí fue un vicio que nunca terminó.
¿Y cuándo encontraste lo tuyo?
Vi un video de Glee (serie de tv) donde cantaban algo que me gustó mucho, pero tal vez no en la forma en que lo interpretaban.
Después, en una colección gigante de cassettes de mi abuelo que me robé, entre los cassettes de Los Beatles, estaba la canción que había escuchado en Glee: “I wanna hold your hand”.
Y de ahí fue imparable la cosa. Me metieron en un conservatorio a los nueves años a tocar guitarra. Después me recibí de profesor de guitarra, seguí con el piano, y después descubrí el Audacity.
La teja.
La historia podría terminar ahí, pero Alejandro no cree en Grimes cuando dice que se encierra en un cuarto para terminar un disco y no consulta a nadie. “El mundo te influye”, dice. En algún momento de este viaje descubrió que tenía un hermano (Gastón Velázquez”- y lo invitó a tocar el bajo en su disco.
“¡Vivía a metros de mi casa en La Teja, y yo no lo conocía!. Ahora mi familia es mi abuela, mi primo, mi tío, el gringo que es como un padrastro, y a las dos manzanas, mi padre, mi hermano, mi nueva abuela”.
“Con la tarjeta más barata del mercado y un canal quemado vamos a hacer mucha más música”, dice César, sin levantarse del sillón, y parecen los tres convencidos.
)))))))))Melodías Repetidas: César Giacosa, Alejandro López, Antonella Ferrioli(((((((((((((((((
Fotografías video: @amnrx
Textos: @federico_medina76